Donación de Órganos en Caída

Cada año somos testigos del agobio de alguna familia frente a lo que significa que uno de los suyos espere a contra-reloj un donante que permita que se haga efectivo el tan anhelado trasplante de órganos, otorgándole la posibilidad de llegar a tener una mejor calidad de vida o bien dicho en otros casos la valiosa oportunidad de seguir viviendo.

Si bien en Chile, la ley establece que cualquier persona mayor de 18 años es automáticamente donante de órganos una vez muerto, sin requerir un trámite y autorización especial, las cifras actuales en relación a -fallecidos que son potenciales donantes y número de donantes registrados- han manifestado una gran desproporción, dado que este año el porcentaje de donantes baja en un considerable 15% en comparación con el año 2009. Sin embargo todo esto tiene una causa, la cual cuidadosamente se ha estudiado y afortunadamente se está trabajando en instaurar medidas que comprometen a los recintos hospitalarios a fijar metas para que mejoren todos aquellos procesos deficientes, con el único y gran objetivo de disminuir las listas de espera y por ende generar más trasplantes.

De igual modo, surge cierta crítica a los procesos internos que manejan los sistemas hospitalarios, pues es de nuestro conocimiento que los trasplantes no son cosa de un año atrás, y aún si así lo fuese, no se explica las ineficiencias y déficit que pasan por alto puntos esenciales como la oportuna detección de posibles donantes, infraestructura para el cuidado de pacientes y fallas de coordinación intrahospitalaria, situaciones claves que debieran haberse considerado con anterioridad  antes de poner en riesgo las posibilidades de vivir de numerosas personas que se suman día a día a largas listas de espera que sin saberlo, quizás están en ellas no por la ausencia de donantes, sino por malas gestiones y diagnósticos que apuntan al sistema.

 Ojalá se exijan cambios y se vean resultados, pero de calidad, que a la vez despierten hacia la acción de seguir trabajando en pro de mejoras, de manera que los recintos adquieran un mayor compromiso de gestión y que las cifras que se han visto disminuidas, tengan un repunte porque no se trata sólo de un cumplimiento de metas estadísticas que espera tener los primeros cambios a fines del 2011, sino que se trata que detrás de cada cifra, existe un ser humano que las representa y que espera y confía en el aviso y llegada oportuna de un órgano que depende única y exclusivamente de un buen sistema en materia de trasplantes. A esto se suman las palabras del coordinador nacional de Trasplantes del Ministerio de Salud, José Luis Rojas, quien establece que "la ley por sí sola no es la solución, y lo que se necesita es mejorar la gestión hospitalaria para evitar que un potencial donante se nos escape por fallas del sistema".

Fuente: http://www.emol.com/